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Otro tipo de sincronicidad | musa filósofa


“La sincronicidad postula un significado que es a priori en relación con la conciencia humana y aparentemente existe fuera del hombre”, – Carl Jung

Intenté organizar un concierto de canciones de Leonard Cohen en el invierno de 2007/08 y me acerqué personalmente a todos los que pudieran estar interesados ​​en asistir, incluidos compañeros de trabajo y estudiantes por igual. También invitó a varios músicos a participar. Compré un sistema PA ideal para el teatro en mente y practiqué mi repertorio durante horas y horas. Incluso lea un par de libros (biografías) sobre el compañero para darle un esplendor adicional al espectáculo.

Todo iba bien, pero de repente sucedió algo que nadie esperaba: ¡Leonard Cohen decidió salir de su retiro e irse de gira, comenzando en mi ciudad natal! No hace falta decir que arruinó mis planes o más bien dejó obsoleta mi meta. Sin embargo, no había motivo para la desilusión de mi parte, porque era mejor que abrazáramos al hombre mismo.

Aquí hay otra coincidencia interesante, Cohen en realidad comenzó su gira en un auditorio que estaba ‘construido en la década de 1950 por las Hermanas de la Misericordia.’ Ahora dio la casualidad de que escribió una canción titulada Sisters of Mercy. La primera estrofa de la balada dice así:

“Oh, las hermanas de la misericordia, ellas no han partido ni se han ido.
Me estaban esperando cuando pensé que no podía continuar.
Y me trajeron su consuelo y después me trajeron esta canción.
Oh, espero que te los encuentres, tú que has estado viajando tanto tiempo”.

Leonard tenía más de 70 años, una especie de viajero en el tiempo, sin intenciones de volver al escenario, cuando la mano de la providencia lo obligó a dejar la comodidad de su cojín de meditación, así que fue una suerte que encontrara el camino de regreso al escenario. Hermanas de la Misericordia que no han partido ni se han ido, aunque la letra de su canción no tuviera nada que ver con ellas per se.

Independientemente de cuán exagerado se pueda estirar este supuesto encuentro sincrónico, sigue siendo relevante para mí. Su regreso fue un humilde recordatorio de ser tu propia persona, de seguir el propio dharma contra viento y marea, palo o espada, hasta que la muerte nos separe. Mejor ser fiel a uno mismo que serlo todo para todos. Bájate de la cruz y deja de pretender que eres el especial, por así decirlo.

Cohen nos deslumbró a todos durante esa fresca primavera de 2008 aquí en St. John’s, Newfoundland, Canadá. Nunca en mi vida había visto tantas ovaciones de pie ni un público tan entusiasmado con su vigor. Lo que más me impresionó de su actuación fue su persistencia para seguir adelante a pesar de la pesada carga de la senectud. Este no era un hombre comprometido con hacer el bien, sino un alma decidida a desafiar los elementos y romper toda cadena de resistencia. Era una pasión que no conocía límites ni restricciones.

Sobre Musa Filósofa

Un explorador de la voluntad y el alma, un canto bajo un cielo nocturno y un sueño que siempre anhela ser.



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